Vulvar.
Tu desnudez mirada desde el triangulo desde el que te miro, isósceles perfecto, exudando, mientras mi cabeza yace atrapada entre tus piernas.
Tu desnuda, colmena de enjambres, hervidero alveolar, madriguera goteando en mi boca, avispero de esquirlas clavándose en mis labios.... Obscena y lasciva, abre tus ángulos para extraviarme en tu hoguera humeante y desnuda.
Lucía escondida bajo las bragas, fresca, delicadamente rasurada, humedecida de besos, emanando tus aromas, germinando de humedad.
Gire tu caderas deambulando entre tus nalgas. Me deslice suavemente entre ellas, deleitandome, saboreando cada rincón, procurando no acercarme a tus belfos empapados, hasta que estuvieras preparada para entregarlo todo.
Al sentir escapar el silente gemido, hundí mi lengua descarnando la tibia alameda, cerrada y voluptuosa de vertientes, hasta desbordarte en gimoteos y converte en jadeos.... sólo el fondo sería el límite.
Tus piernas se abrieron de par en par, dejándote engullir, mientras sujetabas y guiabas mi cabeza, había alcanzado el zumoso rincón más profundo de tu ser, mientras mis dedos entumecian los casquillos de tus senos alzados de placer.
Soltaste todo. El sabor se hizo intenso, frutoso; Comí y bebí de él, hasta que sentí mi serpeante sexo entre tus piernas abriendo tus caderas. Las embestidas y los gozos se hicieron infinitos, hasta que sin poder soportar el roce de tu ardiente piel sobre la mía, erupcionaba vehemente derramandome en lo insondable de tu vulva deleitosa.
El espacio y el silencio se hicieron eternos, llenando el aire de colores, mientras fenecias convirtiéndote en cenizas y fluidos desasgrantes.
Juan De Marco.
Comentarios
Un beso enorme
Un abrazo
la pura desnudez decae con el tiempo de ambos