Medusa
Cuándo cierro los ojos, siento que mi mente divaga entre las piernas de cualquier extraña... percibo su aroma... sus palabras susurrando al oído, sus gemidos, la suavidad de su piel, sus besos rozando los míos, me devora como si yo fuera su último aliento. Divago... parezco suspendido en el aire, como una burbuja escapando al viento. Soy medusa empujado por las olas. Ante mis ojos, ella de piernas abiertas y el deseo dibujado en su braga humedecida por la espera. Las bajé con tanta prisa que no alcance a sacarla y me enterré en su sexo. Ella, sujeta de los muros empujaba su sexo a mi boca, gemía y jadeaba hasta agarrarse a las sabanas. Entonces me perdí, ciego de deseo , mordí sus nalgas hasta que sus piernas se terminaron de liberar de la delicada prenda que le ataba. Al verse liberadas , se separaron para dejar todo el universo a mis caprichos. Juan De Marco