Entradas

Mostrando entradas de enero, 2022

Medusa

Imagen
Cuándo cierro los ojos, siento que mi mente divaga entre las piernas de cualquier extraña... percibo su aroma... sus palabras susurrando al oído, sus gemidos, la suavidad de su piel, sus besos rozando los míos, me devora como si yo fuera su último aliento. Divago... parezco suspendido en el aire, como una burbuja escapando al viento. Soy medusa empujado por las olas. Ante mis ojos, ella de piernas abiertas y el deseo dibujado en su braga humedecida por la espera. Las bajé con tanta prisa que no alcance a sacarla y me enterré en su sexo.  Ella, sujeta de los muros empujaba su sexo a mi boca, gemía y jadeaba hasta agarrarse a las sabanas. Entonces me perdí, ciego de deseo , mordí sus nalgas hasta que sus piernas se terminaron de liberar de la delicada prenda que le ataba. Al verse liberadas , se separaron para dejar todo el universo a mis caprichos. Juan De Marco

Gozo

Imagen
Quedamos amarrados en el placer de un delicado y cadencioso movimiento, como entregándonos al placer de sentir y estar, mientras entraba y salía , disfrutando ambos de sentirse poseer y poseído en el más exquisito de los placeres, el de someter y someterse ante el placer del otro, suspendidos en el ser y gozar , sin pudor alguno. En silencio, nos vestimos mirándonos uno al otro como cómplices , amantes y dichosos de interpretarnos. Luego un apasionado beso de despedida, guardando el silencio, y dejando para después nuestras desavenencias, para que nada de lo que habíamos hecho se perdiera en ese mágico y exquisito momento. Juan De Marco

El rincón.

Imagen
Ese rincón oscuro y fuente de los deseos de los más lujuriosos y excitantes pensamientos. Separé sus nalgas dejando que mi lengua la hiciera arder hasta perder la razón y porqué no decirlo, entrar en el más encendido infierno. Bese hasta que ella rogó que saliera de ahí, y sin hacer juicio, dejé que mi lengua le rodeara, pasando suavemente por su rugosa textura, hasta hacerla tragar todos sus ruegos , que sin pudor , ahora se entregaban al juego más sucio, pero excitante que una mujer pueda entregar. La tarde de invierno caía tras las cortinas, donde ya el ver, se hacía trabajoso, pero el sentir, emocionante. Juan de Marco

Pulsos

Imagen
Mi boca buscaba en círculos su sexo. Sus gemidos llenaban la habitación, apretaba sus húmedos labios… Me detuve queriendo eternizar el  momento, sabía que ella lo necesitaba . Aquellos corcoveos en su espalda, la tenso de sus nalgas. Se apretaba a mí, empujando sus caderas con furia, deteniendo el tiempo y el espacio. Solté sus caderas y permanecí quieto en silencio, mientras sus gemidos pausaban las olas en su espalda. La cogí de las piernas, dejándola boca abajo sobre la mesa. Las nalgadas cayeron sobre sus glúteos despertando sus frenéticos jadeos. Luego la suavidad de la caricia hizo que sus labios susurraran, rogando seguir, mientras sus lágrimas asomaban en sus ojos La tomé con fuerza, subiéndola de las caderas, para dejarla de rodillas. La tomé de sus cabellos enrollando su coleta en mi puño, como si fueran riendas enterrándome en ella, embistiendo hasta lanzarla al abismo, dejando su cabeza en blanco. Le abrí las piernas para embestir profundamente golpeándole con mis caderas

Entregada.

Imagen
Cuando sentí que su boca se abrió reclamando placer y sus piernas chorreaban, la di vuelta hacia el espejo y entré lentamente entre sus carnes sacando lágrimas de sus ojos,  la embestí profundamente, mientras ella miraba en el espejo, su rostro desfigurado de deseo, aplastado por el placer.  Abrió la boca para intentar decir algo, pero sus palabras no llegaron a salir, el aire se agolpaba en su pecho, la excitación no le dejaba decir nada , sólo hacía temblar sus labios. No tenía fuerzas para moverse. Su voluntad ya no existía. Su mente ya no era suya. Su sumisión era completa. Sus nalgas empinadas se ofrecían en sacrificio... perforé entre sus piernas , dejé escapar un último gemido, hasta mutar entre sus mareas. Todo se volvió agua, y de sus piernas nacieron vertientes, hasta desaparecer entre ellas, dejando la última gota dentro de ella. Juan De Marco

Caudales

Imagen
La tendí sobre el colchón, y entré con mi rostro entre sus piernas apenas rozando su sexo, estaba húmeda, extasiada por mi deseo… hasta que alcancé su botón de seda, el que se fue hinchando al chasquido de mi lengua y labios. Le vi crecer, le sentí mojarse, sentí como su sexo se convertía en caudales, empujaba para que yo pudiera profundizar aún más en su sexo, no dándose respiro. Su fragancia era intensa y su sabor empalagoso, pero tan suave como jamás le habría podido adivinar. Su vientre se batía entre contracciones,su voz parecía desaparecer a ratos, y sus senos al masaje de mis manos, se fueron endureciendo, creando una locura, mientras mis dedos torneaban sus pezones endurecidos para soltarlos y estirarlos suavemente mientras crecían duros entre mis dedos. Mi boca buscaba separar y entrar más adentro. Ella jadeaba y gemía hasta las lágrimas, mientras su corazón amenazaba con escapar entre sus senos… su vientre era una serpiente enloquecida, que no dejaba de contraerse ante las la

Te preguntas...

Imagen
Sus labios besaron mi sexo erecto y vibrante. Su lengua buscando el sabor más intenso en mi piel. El pubis bañado de ella, el suyo, suave entre mis labios. Sujeté sus caderas con mis manos , mientras me hundía en sus carnes, serpenteando mi lengua con pausa y su vientre agitado diciendo que me sentía dentro, mientras mi lengua buscaba el último rincón... que fragancia sublime tiene su cuerpo cuando acaba entregándose a los juegos de mi boca. Un día estás desnuda frente a mi, preguntándote porqué?. Mis manos y dedos se sostienen a tus caderas, mi ojos miran fijo a tu sexo desnudo. Te volverás a preguntar, mientras mi boca se acerca a ti hundiéndose entre tus labios donde los arroyos se vuelven cause, desnudando tus deseos....tus vellos enredados en mi nariz bañados por torrentes de zumos efervescentes. Mirando al cielo te volverás a preguntar, - ¿qué hago aquí con mi sexo entregado a sus juegos?-, mientras tus labios bajos irán soltando su perfume; húmedo, destilando entre gemidos y te