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Mostrando entradas de diciembre 27, 2019

Mónica , Pearls on me...

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"Dormía, su vestido flameaba por la brisa que entraba por la ventana. Su piel erizada se levantaba con el viento, movía su vestido a dejar a ratos descubierta la linea redonda de sus nalgas... una de mis manos se posó sobre sus talones haciéndola temblar por las cosquillas que serían sólo principio, luego sus pantorrillas dibujadas por mis dedos para escabullirse en el borde externo de sus muslos fríos, de ahí  a sus nalgas. Le subí el vestido tan suave como la brisa que le acariciaba, resbalando por su cintura, hasta alcanzar sus senos escondidos entre las colchas de su cama.  Bajo las suaves telas de algodón, se dibujaban sus pezones erguidos por la mezcla del frescor de las mamparas y la tibieza de mis dedos, su cuerpo entumecido se estremecía... Se fue acomodando a mis caricias, sabía que le excitaba. Casi imperceptible a mis caricias , dejó que su cuerpo se volteara enfrentando mi secreta obsesión, sus senos expuestos a mi lasciva mirada.  Con mis dedos fui dibujando

Esperma a la esperma.

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Junto al mar, en una cabaña humedecida por el tiempo mi mente divagaba mientras disfrutaba de mirar su cuerpo desnudo hasta que su mirada se enredo con la mía contándose sus secretos deseos en silencio. Ella como serpiente se fue enredando en mi, deslizando su ardiente cuerpo sobre mi piel... como si estuviera bañado en aceites. Mientras ella se deslizaba sobre mi, mis manos acariciaban sus tibias nalgas y mi nariz, aprovechaba sus fragancias... ese particular olor formado por deseo y sudor. Hasta que por fin nuestras bocas se acomodaron para beber de sus lenguas, gozar del sexo del otro, y contactarse entre exquisitos vaivenes, los gemidos de ambos, acallaron las olas e hicieron desaparecer el mar. Eramos sólo nosotros, bebiendo de nuestros sexos... temblando como niños en su primera vez, no nos conocíamos, pero sabíamos exactamente que hacer.  Cada movimiento, cada caricia, cada beso...caían justo donde tenían que caer. Luego como si fuéramos velas encendidas, nos fuimos mezcl

Lujuria y placer.

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Abrí los ojos y me encontré en su cama, ella mojada, sudorosa y acelerada, se secaba el pelo con su franela. Pensé en lo que le había sucedido y al recordar, pensé que de nuevo habría sido un sueño, volví a cerrar mis ojos. Pero la intensidad de todo y más de una marca en mi cuerpo me dijeron que esta vez no, esta vez había pasado de verdad, sentía mi verga endurecida y al abrir los ojos nuevamente, la vi apoyada en el lavamanos, sus nalgas duras y bien formadas, apuntaban hacia mi, y sin perder tiempo, me acerqué a ella y me enterré en sus nalgas separando sus paredes, creando oleajes de placer dentro de ella, vibraciones , jadeos y gemidos que fueron llenando el ambiente de lujuria y placer. Me desvanecía dentro de ella aclarando todas mis dudas, si...., no estaba sólo, no eran solo pensamientos, eran verdaderos flujos de energía húmeda que le llenaban todo dejándola una vez más destruida entre pensamientos y pecados. Sin despedirme, me retiré de la habitación, dejándola tend