Gozo
Quedamos amarrados en el placer de un delicado y cadencioso movimiento, como entregándonos al placer de sentir y estar, mientras entraba y salía , disfrutando ambos de sentirse poseer y poseído en el más exquisito de los placeres, el de someter y someterse ante el placer del otro, suspendidos en el ser y gozar , sin pudor alguno.
En silencio, nos vestimos mirándonos uno al otro como cómplices , amantes y dichosos de interpretarnos. Luego un apasionado beso de despedida, guardando el silencio, y dejando para después nuestras desavenencias, para que nada de lo que habíamos hecho se perdiera en ese mágico y exquisito momento.
Juan De Marco
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Un abrazo