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Un Bicho en la pared.

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 Camino tras de ti siguiendo cada uno de tus pasos, cuando tomas la copa y te diriges al bar llenándola de ese resto de vino que quedó después de la cena. En el camino van quedando los tacos que hacía unos instantes me seducían. Veo como tu mano derecha baja por tu espalda liberando la cremallera del vestido. Abres el escote que esconde besos , dejando flotar tus senos en el vacío y te detienes frente al espejo, los acaricias y sonríes, recordando su mirada perdida entre ellos mientras cenaban. El gesto simple de un beso; y te dices .."Bella".  Te contoneas sin pudor camino a la ventana, dejas caer tu vestido con las cortinas aún abiertas, sabes que desde el edificio del frente, siempre hay ojos curiosos mirando. Tus senos caen libres al espacio, mientras los encaje de tu braga, esconde entre hilos el pudor de lo que acaba de ocurrir. Dejas el collar de perlas en el neceser, dejando caer una a una las perlas que van golpeando sobre la madera, luego la copa al vela

Besos de Sal...

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Sus piernas se separaron y se sentó en  mi boca. Dejó que su sexo cubriera mis labios. El va y ven, se hizo un ritmo cadencioso y morboso, sólo podía escuchar sus gemidos mientras sus muslos rozaban mis orejas. Sus labios dejaban escapar el más profundo de los aromas, el sabor se escapo en mi boca. Bajaba y subía para dejarme tomar aire y decía -Ahora?.- y se volvía a enterrar en mi boca apretando los labios con lascivia. Danzaba entregando toda la calidez que envolvía su lujuria. Los roces se hacían intensos hasta hundirse procurando el suave masaje de mi lengua. La pequeña cabecilla , se mostraba clara y brillosa, surgía roja por la sangre que la llenaba. El movimiento circular de sus caderas, abría sus labios para mostrase más profunda y alcanzable. La dejaba reposar, mientras sus piernas se separaban para sentir más la suavidad de las caricias que mi boca le daban, tensaba sus piernas, separándose a momentos para volver a dejarse caer suavemente. Un beso salado qu

Sex uber.

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Hoy me saldré de mis acostumbrados textos, para contarles una nueva experiencia. La pandemia me obligo por problemas económicos, a hacer unos trabajos especiales. Un amigo que trabaja en uber me pidió que le manejara su automóvil por una semana, estaba enfermo y necesitaba el dinero, (el que compartiríamos a medias, 50 y 50.). Mi oficina permanecía cerrada por cuarentena. La experiencia me parecía emocionante. Mi primer cliente, fue una señora de 65 años muy atractiva, la tenía que pasar a buscar a santiago centro. Lucía sus canas como un peinado más, largo y suelto, era muy juvenil al vestirse, su vestido corto  dejaba ver sus piernas por el retrovisor, tenía un cuerpo cuidado. Su aspecto era muy ejecutivo. En la mitad del trayecto conversabamos animadamente, cuando en un instante, y a pito de nada, me dijo que era muy atractivo y que quería que le hiciera sexo oral y lo pagaría aparte. Me pidió que  estacionaramos en un  viejo edificio y que aparcara en un rincón. Miraba un

Más allá del pudor.

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Llevábamos semanas discutiendo a distancia, hasta que ya no quedaron motivos, nos cubrió el silencio, y un vacío en el que no terminábamos de caer. Luego, un correo tan simple como un "te deseo". Se cerraron las nubes en un atardecer rojo oscuro, donde pronosticaba la mas ardiente de las tempestades. Tomé mi coche, nunca pedí un salvo conducto que me permitiera salir de esa cuarentena obligatoria, la pandemia cobraba el precio de lo que parecía una cadena perpetua. Corrí sin detenerme ni pensar, sin documentos, sin mascarilla y con sólo una idea en mi cabeza, coger. COGER... Coger sin pudor, sin hablar ni una palabra, sin explicaciones que nos robaran el poco tiempo que tendríamos. Nunca respondí el bendito correo, sólo tomé el auto y corrí a ella. Al llegar toque la campana y ella salió con su rostro desencajado, sorprendida por el toro que entraba desbocado por su puerta, y sin decir nada , la fundió en un beso sin explicaciones. Su corazón paralizado, empezaba

Mitología Erótika

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Quiero presentarles una nueva manera de ver la  mitología, de como los dioses y diosas de los distintos olimpos se relacionan o convierten en amantes de los mortales. La mitología ha sido a través de los años fuente de inspiración de todas las artes. Los mitos grecorromanos han servido de recurso a pintores, escultores y escritores, desde los inicios de la literatura griega hasta la actualidad. Para que podáis tener una percepción más clara de su importancia y conozcáis lo que los pintores nos querían transmitir. Les iré contando los secretos de los dioses, sus pasiones y debilidades. ¿Me seguís al Olimpo de los dioses? Sigue este camino y llegarás   Mitología Erótica https://mitologiaerotika.blogspot.com/

"Encarcelada y húmeda." (Para relatos Jueveros)

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Para tracy y su reto de relato juevero. TÍTULO : Mi libro "Encarcelada y húmeda" Dedicación: Dedicada a los dedos de mis amantes, a aquellas que guardan entre sus dedos el agua de miel después de leer mis relatos y esconden el pudor de contarlo. SINOPSIS. Una artista de acuarela, al verse confinada en su departamento en Valparaíso, por la cuarentena de un nuevo virus, decide liberar sus pinceles. Dibuja trazos de agua y color, al recordar a su amante que se encuentra lejos. Gratificando lo que desearía que él le hiciera, si estuvieran juntos. Pero sus pinceladas encienden ideas, obligándola a someter su cuerpo al baile de sus dedos, y relatarlo a su amante a la distancia por Whatsapp. Todo termina en un desenlace que no logra controlar y la caída a un abismo que cambia sus historias. PRÓLOGO:  El confinamiento sensual puede ser un tema que levanta pasiones y desde el punto de vista que lo ha descrito así parece que fue. La imaginación en esta ocasión es

El Valhalla

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El insomnio cubre mi ventana y me acerco para sentir el aire de la noche acariciar mi cuerpo desnudo. La cuarentena me encarcela a merced de mi locura. Si desnudo frente a mi ventana, imaginando más allá de la oscuridad, atravesando edificios y cordones rocosos hasta alcanzar el mar más allá de la montaña.  Un mar teñido de rojo, con grandes olas, empujando las barcas de los vikingos que se acercan amenazando las almas que no pueden dormir. Freya cabalgaba sobre las olas para elegirme entre los guerreros para conocer los placeres y conducirme al Valhalla. Un enorme y majestuoso salón. Sus largas trenzas blancas caían sobre si pecho, acariciando y haciendo temblar mi cuerpo hasta sentirla tocar mi sexo.  Unas manos que no dejaban de recorrer cada rincón de piel, para erguirla entre sus dedos, la humedad de sus besos despertando mis deseos. Alzaba mi sexo para empuñarlo como una espada. Para sorber el agua miel de mi cuerpo, y beber de él, saciando su sed, para engullir entre