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"Cantos de Sirenas..."

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" Y entonces sentí un suave aroma en mis labios, era cálido y sinuoso, eran labios tibios que cubrían el frío de la noche... y sus manos que entraban por el pantalón encumbrando mi sexo por entre las telas ... eran manos húmedas y mágicas... eran las manos de una sirena que hacía soñar con las profundas olas de deseo que guardaba el mar... Y sus labios bajaron a mi cintura, el pantalón abierto y esos labios que seguían entibiándolo todo..." Don Juan De Marco , y el susurro de unos labios de Sirena... ( Viene de "Siete Sirenas") Y se llamaba Lisebbe "Era como el suave de la seda dulce y caliente... tus manos recorrian temblando por el deseo mi cabeza,mis cabellos rojos y rizados se enredaban en tus dedos, mientras mis labios .. sorbían con fruición el nectar de tu cetro erecto.Tu cuerpo erguido apenas controlaba el aquilibrio.. sabiéndose poseido por mis labios, por mis manos, por mi cuerpo.. que danzaba al son que marcaba tu deseo.. Caiste al fín dichoso.. de

Siete Sirenas....

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" Y cuando la luna despertaba en el horizonte, y la mar estaba en calma, encendí un cigarrillo y me puse a fumar en la borda de mi Carabela... a lo lejos podía escuchar el canto de las sirenas y su sensual murmullo cubrió mis sentidos... en la medida que el cigarrillo se consumía entre mis dedos, podía sentir los de ellas sobre mi piel... y fue un gemido invible el que apagó las brasas, y unos senos cubrieron mis labios mientras sentía algo húmedo que envolvía mi sexo en la oscuridad... ...Y me extinguí entre las olas igual que el cigarrillo que se acababa de consumir..." Don Juan De Marco , cruzando el estrecho de Magallanes... El Canto De Una Sirena ...Entre aguas y murmullos de sirena, el océano abria ...sus inmensas olas cargadas de sinuosas..tentaciones y de olores..Cual sirena en lo mas profundo anduve nadando alrrededor de tu mastil..intentando arrancar..de el un gemido entre las olas..y me zambullí en las aguas llena.. completamente plena de semejante tamaño.. y te r

Mil Rostros.. una amante.

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" Cada vez que dejaba caer sus senos colgando sobre mis labios, sin dejarlos tocar con mi manos,... el éxtasis invadía mis labios... Increíblemente, el sólo echo de dejarlos caer sobre mi boca pendiendo en el espacio infinito, le hacía gotear, bañando cual nectarinas mis sentidos... Al levantar mi cuello, podían mis labios envolver sus pezones, para succionar con delicada belleza cada gota que pendía de ella... esos senos me alimentarían cada día mientras mi cuerpo fuera de ella.... Sin embargo, nada estaba completo hasta que separaba sus piernas, para dejar caer su sexo mojado obre mis labios... y era justo en ese momento, en que mis manos le agarraban las nalgas para beber el más fuerte de los gustos que puede entregar una mujer por dentro, sin dejar ninguna posibilidad de liberación de mis deseos... era mi esclava, era su esclavo y ambos solíamos hacer de amor cada mañana...." Don Juan de Marco, ( ¿Cuál es el verdadero rostro de una mujer?) .

El portal de Medea...

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" Al pasar por la vieja aldea, donde las calles empolvadas me hacían sentir la sensualidad de la naturaleza, la fragancia a tierra húmeda, sentía que las piedras atravesaban el corcho de mis sandalias, el calor pegaba la tierra en mi, y el sudor de mi cuerpo soleado, emanaba aromas fuertes que penetraban la nariz de las aldeanas... Entre el polvo que ahí se levantaba, y esa cortina de agua que dibuja el calor, divisé una aldeana sentada en un viejo carro cargado con pastos recién cortados... sus piernas permanecían abiertas, mientras sus dedos se posaban sobre su sexo expuesto sin pudor... La brisa arrastraba el profundo olor que soltaban sus carnes hasta mis narices... bajo mi pantalón de lino, mi sexo se asomaba perfilandose tras las telas...me acerqué a ella y tomándola de la mano la arrastre a una casa blanqueada por la cal, adentro, los rayos del sol dibujaban el viejo camastro donde la recoste subiendo sus faldas para regocijarme con la humedad de sus labios vaginales que

Dedos de porcelana...

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" y cada vez que llegaba a su puerta, metía la llave y sin hacer ruido alguno, la quedaba mirando por el visillo... Sus piernas majestuosamente abiertas, y sus dedos envueltos en aceites haciéndola suspirar y gemir entre las sabanas... Menudo espectáculo regalaba. Sus dedos untados resbalaban entre las carnes con suavidad, parecían tejer luces en su cuerpo... su vientre bailaba mecido por los hábiles dedos que remecían en pequeños movimientos graciles su esencia... sus caderas se recogían hundiéndolos aún más en sus carnes para luego reflotar untado de crisálidas, que como telarañas quedaban prendidas a sus muslos... y todo iba a dar a su boca, que con gran esmero y disfrute eran absorbidos por sus labios sacando a chupadas el intenso sabor... Los gemidos ahogados y mordidos sobre las almohadas, rebotaban en el silencio mientras la angustia hacia que se apretaran sus muslos atrapando sus dedos presos en el sexo mojado que no dejaba de latir... finalmente su cuerpo dibujo la tensi

El Tocador de Damas...

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"... y me tocó mover la ficha... esa era su propuesta, me tocaba jugar a mi... Aunque no era el lugar apropiado, pues esa noche habíamos decidido ir a comer afuera... Ella había jugado conmigo toda la noche... en un momento me pidió ir al tocador... Se levantó dejándome sólo en la mesa a la espera de la cuenta y el postre... Cuando se perdió de vista, la seguí... al enfrentarme al tocador, sólo abrí la puerta y ella estaba ahí... Muy de colita parada maquillándose en el espejo... el vestido de ceda se le levantaba al empinarse al espejo, entonces cerré la puerta del lugar, y sin más le tomé las caderas dándole un buen susto, hasta que vio mi cara en el espejo... yo sabía que no estábamos sólos, había visto entrar otra mujer justo antes que yo.. ¡¡para!!, fue la suplica, hay alguien más, sin embargo mis manos se instalaron sobre sus nalgas y mientras le besaba el cuello, empecé a levantar su vestido... ¡¡para!!! pero mis oídos no escuchaban.. al sentir mis manos sobre la delicada

Apetito al Amanecer...

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...Y Patricia escucho: "No, no te vayas hoy de mi cama... ven, abre tus piernas y sientate sobre mis labios, quiero el sabor de tu sexo en mi cara, y tu aroma en mi nariz... sabes que no resisto empezar el día sin ti pegada en mi piel... deja que mi lengua termine de despertarte, te aseguro que hoy, tu día empezará de una forma especial... Y ella se entregó a los besos de esos labios recorriendo su sexo, y se dejó caer sobre ellos... Después de unos segundos, la mañana respiraba gemidos y los placeres prometidos llenaron su cuerpo por dentro... ella sentía como en besos le razgaban el alma, he iban desapareciendo las angustias mientras su cuerpo se humedecía por dentro, hasta que sus ojos se cerraron y se dejarón llevar por los temblores de su cuerpo , hasta caer rendida sobre el rostro del que desaparecía entre sus piernas... Era cierto, ni siquiera ella habría podido empezar el día sin esos besos que le causaban tanto placer..." Don Juan de Marco...