Samhain...
En algunos rituales se invita a los espíritus de los muertos a asistir a las festividades. Se considera una fiesta de la oscuridad, que se equilibra en el punto opuesto de la rueda con la fiesta primaveral, celebran como una fiesta de la luz y fertilidad.
Los que creen que en Samhain, dicen que es el velo entre este mundo y el más allá, en su punto más delgado en todo el año, lo que facilita la comunicación con los que han dejado este mundo.
Muchas veces le había espiado mientras dormía sus siestas. Solo un sujetador y una pequeña braga que se escapaba bajo sus faldas mostrando las bondades de sus nalgas, que suplicaban que se le acariciase como si fuera una gran pecado. Esa era su postura, cuando entre sus piernas y los vencidos elásticos, se escapaba una suerte de sudor y excitación; un néctar que invitaba a beberse sin limitaciones ni pudores; Hasta que un dia de atrevimiento y fiebre, me acosté a su lado y le dije cuanto la deseaba.
No tardamos en estar desnudos y entregados a juegos no muy inocentes, probando todos nuestros sabores, fragancias y texturas, la calidez de dos cuerpos que se habían deseado entre juegos de servicios y patrones.
Hasta que un dia sin aviso, se detuvo su corazón, para llevarse todos nuestros secretos a la tumba, todos nuestros pecados e infidelidades; Todos nuestros deseos y pasiones mas allá de lo contable y aceptable por la familia.
Sucedieron en la zona del servicio, entre camastros viejos y sudados, entre siestas y tardes primaverales de larga pestaña y sueño, mientras mis padres dormían, yo saciaba todos mis instintos y necesidades con la del servicio; la negra desnuda, la hedionda a comida y aseo, a cebolla y ajo... la de la sonrisa eterna y la mirada cautivadora, la de las carnes blandas y suaves, la de los senos de manantiales, la de oscura sabia, drenosa, escurrida mientras bañaba al señorito y le aseaba sus partes intimas, mientras crecían entre sus dedos pecaminosos carnes inocentes, hasta saciar el hervidero del niño.
Hasta que un dia de muertos , mientras me acordaba de esos sucesos de la niñez adolescente, y junto a dos fogones que habían permanecido encendidos después de la fiesta y entre drogas y alcohol, susurre su nombre...
Su olor se vino a mis narices, el sabor de su sexo a mi boca, y el mio fue tomando forma y tamaño, mientras sentía sus labios acariciando mis carnes, atrapando mis temblores entre gemidos y jadeos, sintiendo cada uno de esos recuerdos, como vividos entre vahídos y estertores, volviendo a sentir su deseo envolviendo cada uno de mis rincones y correrme entre ilusiones y sucesos que no podría explicar sin las pruebas que ella dejo esparramadas en mi vientre.
Escuchaba sus gemidos absorbidos por las llamas que iban quemando su imagen fantasmagórica y seductora, tan irreal como existente en mi cabeza.
Sanhaim, había traído de vuelta todos mis placeres, goces y pecados de mi adolescencia, uniendo dos universos a través de un velo delgado de droga y alcohol, entre este mundo y ese que parece no existir, pero que se hace presente en algun dia de los muertos, donde las almas vuelven a comunicar con su goce mas escondido.....
Juan de Marco.
Reto de Noviembre de Ginebra .
Comentarios
Un abrazo, Y feliz jueves
Sugerente y exquisito relato, querido amigo.
Siempre un placer contar con tu bella pluma.
Un abrazo grande 💙
Muy intenso en este caso.
Muy bien contado. Saludos.
Saludos
Saludos!!