Sus labios, sus dedos...
"...Ella no podía resistir la tentación psicológica de continuar ininterrumpidamente con la estimulación. Sus manos no dejaban de mover la piel que cubría mi sexo. "Punto de desencadenamiento" de la eyaculación. Al momento de empezar a sentir que el orgasmo se hacía inminente, mi mente empezó a divagar. Sentía como se apretaba mi cerebro dentro del cráneo, una corriente se descargaba en mi cabeza, imposible de evitar. Seguramente, resistir la compulsión de continuar, hacía mucho más larga la "excitación". Mi pene se endurecía creciendo entre sus dedos, apretaban mis testículos. Apretaba para sentirlo crecer en pulsaciones, erecto e hinchado, bombeaba con fuerza como volcán a punto de erupción. Estoy muy excitado y la erección es plena. El pene está muy duro y la eyaculación es inminente. tengo una sensación como de no aguantar más, siento como esa fuerza baja de mi cabeza atravesando mi corazón. Ella lo engúlle entre sus labios y aprietan hasta ahogarlo. La co