Esperma a la esperma.

Junto al mar, en una cabaña humedecida por el tiempo mi mente divagaba mientras disfrutaba de mirar su cuerpo desnudo hasta que su mirada se enredo con la mía contándose sus secretos deseos en silencio. Ella como serpiente se fue enredando en mi, deslizando su ardiente cuerpo sobre mi piel... como si estuviera bañado en aceites. Mientras ella se deslizaba sobre mi, mis manos acariciaban sus tibias nalgas y mi nariz, aprovechaba sus fragancias... ese particular olor formado por deseo y sudor. Hasta que por fin nuestras bocas se acomodaron para beber de sus lenguas, gozar del sexo del otro, y contactarse entre exquisitos vaivenes, los gemidos de ambos, acallaron las olas e hicieron desaparecer el mar. Eramos sólo nosotros, bebiendo de nuestros sexos... temblando como niños en su primera vez, no nos conocíamos, pero sabíamos exactamente que hacer.
 Cada movimiento, cada caricia, cada beso...caían justo donde tenían que caer. Luego como si fuéramos velas encendidas, nos fuimos mezclando entre aromas y sabores, esperma hecha esperma. Por fin los jadeos y orgasmos nos fueron envolviendo como las llamas al leño de una chimenea encendida en la cálida habitación. Bebimos de nuestros cuerpos hasta que se hartaron. Se tendió en la cama y abrió sus piernas para que yo entrara en ella sin apuro, sin angustia, aún entre temblores, y mi cuerpo se hizo al de ella para resbalar en su interior quebrando las barreras de la angustia y deseo, ambos rogábamos obtener ese día... y los orgasmos se sucedieron uno tras de otro hasta caer extenuados entre las sábanas desordenadas que cubrían el lecho donde se había cocinado el deseo....

Don Juan De Marco

Comentarios

Mujer de Negro ha dicho que…
"No nos conocíamos", pero el lenguaje corporal guiaba con maestría hasta el éxtasis fusionado
💙

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