Entradas

El Secreto

Imagen
" Después de apoderarse de mi cuerpo a su antojo, sacudió mi cabeza contra el suelo, y abriendo sus piernas se sentó en mi boca, el cálido sabor de su excitada anatomía impregnó mis labios del más cálido sabor... como si secretamente hubiese sabido para lo que yo había nacido..." Don Juan De Marco

Añoranza

Imagen
" Extrañaba sus dedos y su piel...pasaron días hasta que volví a verla... pero faltaba la luz...no me quise acercar, pues el tiempo había desaparecido entre sus dedos..." Don Juan De Marco

Mar

Imagen
" Y entonces sentí un suave aroma en mis labios, era cálido y sinuoso, eran labios tibios que cubrían el frío de la noche... y sus manos que entraban por el pantalón encumbrando mi sexo por entre las telas ... eran manos húmedas y mágicas... eran las manos de una sirena que hacía soñar con las profundas olas de deseo que guardaba el mar... Y sus labios bajaron a mi cintura, el pantalón abierto y esos labios que seguían entibiándolo todo..." Don Juan De Marco

La esencia

Imagen
" Cada vez que dejaba caer sus senos colgando sobre mis labios, sin dejarlos tocar con mi manos,... el éxtasis me invadía, Increíblemente, el sólo echo de dejarlos caer sobre mi boca pendiendo en el espacio infinito, le hacía gotear, bañando cual nectarines mis sentidos... Al levantar mi cuello, podían mis labios envolver sus pezones, para succionar con delicada belleza cada gota que pendía de ella... esos senos me alimentarían cada día mientras mi cuerpo fuera de ella. Sin embargo, nada estaba completo hasta que separaba sus piernas, para dejar caer su sexo sobre mi boca y era justo en ese momento, en que mis manos le agarraban las nalgas para beber el más fuerte de los gustos que puede entregar una mujer, sin dejar ninguna posibilidad de liberar mis deseos... era mi esclava, era su esclavo y ambos solíamos hacer de amor cada mañana...." Don Juan de Marco, ( ¿Cuál es el verdadero rostro de una mujer?)

La llave

Imagen
" y cada vez que llegaba a su puerta, metía la llave y sin hacer ruido alguno, la quedaba mirando por el visillo. Sus piernas majestuosamente abiertas, y sus dedos envueltos en aceites haciéndola suspirar y gemir entre las sabanas. Menudo espectáculo regalaba. Sus dedos untados resbalaban entre las carnes con suavidad, parecían tejer luces en su cuerpo, su vientre bailaba mecido por los hábiles dedos que la remecían en pequeños movimientos exaltando su esencia. Sus caderas se recogían, hundiéndolos aún más en sus carnes, para luego resurgir untados de salvia, que como telarañas quedaban prendidas a sus muslos, y todo iba a dar a su boca, que con gran esmero y disfrute eran absorbidos por su lengua, sacando a lamidas el intenso sabor. Los gemidos ahogados y mordidos sobre las almohadas, rebotaban en el silencio, mientras la angustia hacia que se apretaran sus muslos atrapando sus dedos presos en el sexo que no dejaba de latir. Finalmente su cuerpo dibujo la tensión en su

Divina locura

Imagen
"... En esas calles donde un día el amor fue desechado, para introducirse en los callejones de la perdición... donde las manos se amarraron para tocarlo todo, sin pudor, mientras se deslizaban bajo tus faldas e iban tirando los encajes de tu ropa interior, donde los dedos arrancaron el deseo a golpes suaves y caricias sedosas, donde tus senos abrieron el escote para ser devorados entre mis labios. Donde un dedo, sólo un dedo bastaba para arrancar lamentos y gemidos de tu garganta, donde recogía con hambre cada gota que destilabas, donde el gemido se volvió beso ahogando los fantasmas de mi extasiada obsesión por el sexo mojado..." Juan de Marco

Amanecer

Imagen
"... Dormía, y una de mis manos bajo a sus nalgas, su camisón se había subido hasta sus caderas. No resistía sentirlas desnudas. Dejé que mis manos la acariciaran suavemente con mis dedos, mientras la suavidad de su piel se estremecía. Su cuerpo se acomodó a la caricia, sabía que le agradaba... luego un dedo dibujó la linea que las separaba y sólo se detuvieron en el sudado, rugoso y fragante espacio del deseo, mis dedos alcanzaron mi nariz disfrutando el aroma que la noche había dejado en su cuerpo. -delicioso- repetía somnolienta... Abrió los ojos y me miró con ellos dormidos, el sol se reflejaba en sus pupilas, en cada mirada me poseía..." Don Juan y sus obsesiones...