Te preguntas...

Sus labios besaron mi sexo erecto y vibrante. Su lengua buscando el sabor más intenso en mi piel. El pubis bañado de ella, el suyo, suave entre mis labios.

Sujeté sus caderas con mis manos , mientras me hundía en sus carnes, serpenteando mi lengua con pausa y su vientre agitado diciendo que me sentía dentro, mientras mi lengua buscaba el último rincón... que fragancia sublime tiene su cuerpo cuando acaba entregándose a los juegos de mi boca.

Un día estás desnuda frente a mi, preguntándote porqué?.

Mis manos y dedos se sostienen a tus caderas, mi ojos miran fijo a tu sexo desnudo. Te volverás a preguntar, mientras mi boca se acerca a ti hundiéndose entre tus labios donde los arroyos se vuelven cause, desnudando tus deseos....tus vellos enredados en mi nariz bañados por torrentes de zumos efervescentes.

Mirando al cielo te volverás a preguntar, - ¿qué hago aquí con mi sexo entregado a sus juegos?-, mientras tus labios bajos irán soltando su perfume; húmedo, destilando entre gemidos y te volverás a preguntar... porqué.

Mis dedos ya estarán rozando tu sexo para mantenerlos abiertos a mis labios, besando vientres, buscando en tu piel el camino a la pequeña muerte.

Ya entregada dejarás de preguntarte y hundirás mi rostro para que mi lengua te beba con delicadeza rezumando, y el elixir se apoderará de mi boca... Sediento y abrumado por la suavidad de tu cuerpo, serás toda mía.

Tus senos lucharan por escaparse de mis manos...luego vendrán los caudales y me hundirás entre tus piernas para "Ser eterna" entre mis labios y caricias. 

Tu, desnuda, seducida, agazapada por el sudor de mis palabras, te sentirás infinita.

Suave por el resultado de mis embestidas, no dudarás en entregarme toda puerta, para ser profetizada mientras te apoyas en la mesa doblando tu soberbia, y dejar que lentamente entre entre gemidos, como si fuera el último de tus placeres, gustosa de sentirme dentro.

Jadea reventando pegajosa el rabel suave.... y Llora de placer hasta alcanzar el último de sus orgasmos balbuceando:

- ven, quitame la vida, y déjame deshacerme entre tus dedos.. no dejes de empujar hasta verme tirada y enredada entre las astillas de las maderas... -

Cerró sus ojos... temblaron sus labios y gimió jadeante entre lascivas palabras el ahogo eterno.

Juan De Marco