Escribir y describir el tiempo ... (relato Juevero)


¿Como escribir sin describir el tiempo?. Y así nace esta historia, la historia del tiempo.
"La piedra labrada por manos de un artesano, puede liberar un alma dormida, esa que a sido suavizada en su  aspereza y en el tiempo.
Onix, suave y con la forma perfecta, esa que sería su amante, su deseo, su concilio.
Contempla su superficie redondeada a la perfección, un huevo maravilloso que puede recorrer sus entrañas, hasta hacerla renacer entre sus piernas. El largo perfecto.
 El sol comienza a alzarse, sobre las cimas, pero no le importa. Tiene tiempo. Tiempo concedido por desafiar al deseo, a los dioses, a los hombres.Tiempo. Ellos no saben, que es lo único que necesita.
Recorre con sus dedos cada poro, cada hendidura, cada grieta de su cuerpo despertando el cálido aliento entre sus piernas. Siempre parece igual, pero siempre es distinta. El tiempo, el camino, sus manos han hecho mella en su cuerpo. Descubre nuevas estrías, nuevas muescas. Sonríe de nuevo.
Apoya su mejilla, sus senos, su pelvis contra la superficie que parece palpitar entre sus dedos. Siente los latidos de su corazón, el estremecimiento de la mujer que contiene, de la mujer que le aguarda, de la mujer que lo recibe y se entrega a sus manos que se demoran en sus pechos, en su cadera, en su vientre imperfecto, en su sexo… despacio, despacio,  hasta que brota el agua,y brilla como una estuatilla inconsciente de su ser pétreo..
-Hímero, Hímero… Hijo de Afrodita, ámame, tómame, libérame-,
Susurra la mujer que la habita, retorciéndose de amor, de deseo, de anhelo. Y él se desespera, retorciéndose de deseo insatisfecho. Golpea su cárcel con los puños intentando quebrar los muros, penetrar en ellos, derramarse hasta filtrar los poros y brillar dentro de la superficie suave y húmeda.
Golpea hasta desaparecer en su piel, hasta desgarrar suavemente la carne, hasta desprender una esquirla líquida dentro de ella y tintar la nueva grieta con el líquido transparente que se desliza entre sus dedos. La piedra lame, absorbe... se nutre, pide más, más.
Tiempo. Solo necesita tiempo. Tiempo. Segundos, minutos, horas, días, años, siglos, milenios…
¿Cuándo, desnudarla? ¿Cuánto, liberar a la mujer que alberga?. Bien lo sabe la gota que cae intermitente sobre sus labios; Se abren los pétalos de la flor, cediendo las murallas. 
También lo sabe él, ¡Sí!… Intenta ser serpiente entre sus piernas, pero a veces es tan dura la espera, el esfuerzo, la noche y su quietud, que espera hasta que amanece y puede emprender, de nuevo, el camino.
Ella siente que el sol brilla, inexorable, sobre la cima. Sabe que ha llegado la hora. No le importa. La piedra es su amada, su amante, su deseo. Apoya las manos en su superficie, abre los muslos y afianza los pies en la tierra, comienza el ascenso.
Tal vez hoy revele a la mujer que encierra. Tiempo, tiempo... es lo único que necesita."

Comentarios

Albada Dos ha dicho que…
Interesante e intenso, con esa esquirla de un deseo atávico que subyace en nostros, pobres mortales.

Por la piedra-mujer-primigenia. Un abrazo
Ylena DiMarka ha dicho que…
Delicioso. Intenso.

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