Dos sabores, tres aromas.
Una tarde más. Labios hambrientos queriendo devolver, todos los placeres que ratos les entregaba, mientras las sábanas enredaban nuestros cuerpos. Sudor y humedad empapando todo. El roce de sus labios entregando placeres infernales hasta caer rendido. Sin más calor que el que entraba por la ventana, tibio roce que me lo envolvía todo sin esperar nada a cambio. Copas de vino tiradas sobre la alfombra entregando aún el aroma profundo que nos había embriagado, el sabor intenso que se había pedido entre sus labios. Recorridos tiernos y cálidos sobre la piel endurecida por el habido calor de sus labios. Una boca que se daba tiempo de saborear el cálido sabor que había dejado el vino derramado sobre mi cuerpo. vaivenes sedados por su lengua. Y la saliva que corría por la comisura de sus labios.
Entregado a sus caprichos más intensos, temblores que iban y venían a mi cerebro para decir que aún estaba vivo. Que mi cuerpo aún respondía a los desvaríos del vino bebido a sorbos. Su mirada, los ojos semicerrados, relatando cada uno de sus sentimientos para el gozo de mis sentidos, mis sueños dormidos y mis ganas de poseerlo todo. Mi cuerpo se contraía a cada una de sus arremetidas dejándolo todo hasta derramar mi néctar, sazonando el amargo sabor que dejaba el vino luego de ser bebido.
Dos sabores , tres aromas... Tu cuerpo, el de nosotros y el mío.
Juan de Marco. Por tu boca.
Comentarios
Un abrazo
Juan De Marco.
Besos.
Un beso, Don Juan :-) :-)