Pasión Atrapada


Al verte pasar por ese callejón, oscuro y mojado, no pude mantener la calma, perdona, pero cuando tus piernas que empezaron a temblar, me sentí el extraño traidor... salí a tu encuentro y me detuve sólo para hablarte... apenas gemí tu nombre, y aunque enmudeciste de la impresión, me miraste a los ojos retandome a acercarme a ti... me acerque procurando no asustarte, y cuando por fin alcance tus caderas, rogaste silencio, y temblando entre mis manos, me dejaste acariciar y disfrutar de tu asustada figura.
La escasa luz que nos iluminaba me permitían distinguir tus ojos cerrados, mientras mis dedos, buscaban bajo tus faldas, descubría  el temblor que humedecía.. tu ropa interior acusaba el deseo que sentías entre tus tibias piernas, las que no dejaban de jugar a juntarse y separarse al ritmo de mis dedos curiosos. Hasta que alcance el impregnado triángulo que acusaba tu estado de excitación por el encuentro. Al sentir mis dedos suavemente escarbando entre las delicadas telas que le cubrían, de donde un néctar espeso y tibio corría entre los pliegues que deliciosamente se habrían a las caricias suaves que buscaban despertar el más cálido de los deseos. Sentía como tus rodillas se doblaban cuando baje para perderme entre tus faldas y sentir el delicado aroma que emanabas... como buscaban mis labios la fuente del licor que sentía entre mis dedos... bebí mientras tus espaldas buscaban afanadamente donde apoyarse, y sin encontrar ese punto de apoyo, te dejaste caer sobre mi boca que se enterraba en tu sexo  empapándome de  zumo que escapaba sin control mojando todo a su paso, ese sabor que fue siendo cada vez más fuerte y denso, de la textura más suave que jamás habían probado mis labios, y desvanecida entre gemidos, rogaste que entrara entre tus piernas cuando sentiste mis sexo duro y ansioso de penetrarte hasta topar el fondo de tu de tu canal de ansiedades... montaste hasta quedar de rodillas gozando del temblor y mis jadeos , y embestí hasta sacar de tus labios cerrados y en gemidos gritos de placer, mientras tus caderas se agitaban empujando cada vez más profundo, enterrándome dentro y atrapándome entre murallas mojadas que no dejaban de de temblar en tan duro y venoso elemento... tus gritos empezaron ahogarse en la oscuridad del callejón, y tus gemidos quedaban atrapados en tus labios, que ya cubrían mi boca mientras tu lengua buscaba placer en la tibieza que te envolvía... tu sabor y el mio se mezclaban para gozar de esos besos que robabas al extraño amante que te había abordado en el callejón, tu vientre temblaba al roce de mis frías manos que afirmaban tus caderas para mantener el vaivén de tu cintura, de pronto detuviste la danza de placer, apretaste tu sexo envolviendo el mio y luego de un jadeo acompasado de gemidos, agonizaste en una muerte lenta , clavada en mis caderas, empujando con fuerza tu sexo contra el mio, atrapando el orgasmo que escapaba de tu interior, para sacudir tu pelo sobre mi pecho...y en ese preciso instante, sentiste una fuerza mojada y espesa dentro de ti, cálida como lava ardiente recorriéndote por dentro... luego el silencio lo escondió todo, cada gemido, cada sacudida de dos cuerpos encendidos por el deseo, y caíste semi desnuda en el frío pavimento, tus bragas a media rodilla, abiertas y mojadas, tus senos semi desnudos desvestidos por mis manos, y un vientre que no dejaba de temblar... labios que aún gemían la noche, mientras me alejaba en la oscuridad reponiendo mi pantalones ..... te mire de reojo, y descubrí, que no necesitabas de presentaciones, y que este encuentro, algún día volvería a repetirse en la oscuridad del viejo callejón, humeante por las calderas de los viejos edificios que le rodeaban...

Don Juan De Marco, y el vientre tembloroso de andrea.- 

Comentarios

Shang Yue ha dicho que…
eres el mejor narrador para los encuentros furtivos

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