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EL RITO...poseída por el deseo

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Hoy recibí una invitación de Juan De Marco, particularmente extraña. La escribía en un viejo papel, con tintas casi borradas por el tiempo. Creí que sería sólo un juego más de él. Me puse un traje sencillo, sabía que duraría poco en mi cuerpo, cerré la puerta del vestíbulo, y salí a su encuentro. Al llegar a la dirección señalada en las afueras de la ciudad, un hombre me esperaba para llevarme a él. Vestía como un indio, me tomó de las manos y pasamos a través de un portal. Había una pequeña casa, la cual sólo consistía en dos habitaciones. Una era la cocina y la siguiente el dormitorio, donde no había una cama, sino que una inmensa y plana piedra volcánica. En el patio que le seguía, había una tela que formaba un cobertizo y dentro de él, estaba un cordero con cara lastimosa y presintiendo la muerte. Kanuyai, el indio que me había traído hasta aquí, con una fuerza sobrehumana tomó el animal y lo puso sobre una mesa. Agarró su cabeza fuertemente hacia atrás y me pidió que la mantuviera

Labios Tibios

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"Ese laberinto en el que es muy fácil de entrar, para no volver a salir nunca más;Húmedo y suave, cálido, como el nido al que representa. ese laberinto en el que crecen los sueños y las pasiones más profundas de un hombre. ese laberinto en el que suelo perderme con facilidad y gozo..." Don Juan De Marco

" Seda Negra"

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"... Dormía, y una de mis manos bajó a sus nalgas, su camisón de seda negra se había subido hasta sus caderas...No lo resistí... sentirlas desnudas...Dejé que mis manos la acariciaran suavemente con mis dedos, mientras la suavidad de su piel se estremecía. Su cuerpo se acomodó a la caricia, sabía que le agradaba... luego un dedo, dibujó la linea que las separaba y sólo se detuvieron en el cráter sudado, rugoso y fragante. Luego mis dedos alcanzaron mi nariz disfrutando el aroma que la noche había dejado en su cuerpo... -delicioso- repetía soñolienta... Abrió los ojos y me miró con ellos dormidos, el sol se reflejaba en sus pupilas, en cada mirada me poseía... Extrañaba sus dedos y su piel...pasaron días hasta que volví a verla... pero faltaba la luz...no me quise acercar, pues el tiempo había desaparecido entre sus dedos... Baje sus bragas lentamente, mientras dibujaba sus nalgas con besos... sorbía su sabor, mientras estas se cerraban y me enterré en ella, para sacar toda su ese

" El último gemido"

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"Desatada de locura dejó que la penetrara lentamente , mientras me deslizaba entre sus nalgas podía tocar sus gemidos y oler el perfume que liberaba su sexo... quería derramar en ella todo mi ser, quería derretirme entre sus piernas y poseerla como nunca la había poseído nadie, sus nalgas se co mprimían tras cada embestida... pero mi insistencia en entrar y perforar sus deseos era todo lo que había en mi mente ..empuje con tanta fuerza que sus nalgas se rindieron y finalmente me enterré en ella hasta topar el fondo más virgen que había en ella...toda ella todo yo... había quebrado sus caderas llenándola de gozo y pavor ..era todo lo que ella deseaba y yo estaba ahí para complacerla... a borbotones la fui llenando hasta dejarla ahogada en gemidos, todo su esencia había sido mía, nada le iba a ser olvidar ese instante en que entregó todo su cuerpo al beduino más salvaje que se le había cruzado en su vida... se derramo por dentro dejando escapar aullidos de placer hasta que el so

"Mi boca, tu sexo...."

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" La boca del maestro era un cáliz de perfección, el sabía que presión aplicar en cada parte de su frágil y encendido cuerpo... ella sólo temblaba a cada roce de sus labios... sentía como su cuerpo por fuera y su alma por dentro se endurecían. Bombeaba su corazón como si por primera vez la tocaran... sus piernas abiertas de par en par... sus labios vaginales abiertos por un ágil pedazo de carne que no dejaba de lamer... su delicado y frágil punto de deseo se estremecía mientras ella ...sólo gemía alborotada por la lengua del maestro beduino, que le enseñaría la lengua Árabe. Su clítoris endurecido como nunca, y los golpeteos incesantes que sentía que le aplicaba el maestro, la hacían quebrarse entera por dentro... su boca era tan húmeda y tibia, y tan cálido su aliento, que sus pechos ya no respondían a las exigencias de respiración que pedía su cuerpo... estaba entregada a las expertas oratorias del profesor.... luego el moro puso una fresa entre sus labios vaginales, y la fué c

La bailaora.

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Y se acercó bailando con su faldón transparente, donde se podía ver e imaginar como sería ella haciendo el amor sobre mi. Sin embargo bailó a mi alrededor hasta que sintió que mi cuerpo estaba duro y excitado, levantó su pierna y la puso sobre mi rodilla, al verla , debajo no llevaba nada puesto y su sexo brillaba por el sudor del baile y el calor de Andalucía. Mis manos fueron subiendo por su rodilla hasta apenas rozar su sexo, donde los vellos se enredaban entre mis dedos, y podía sentir la sabia que venía de su interior, luego i mano se poso en su sexo mientras ella aún movía sus caderas al son del baile, y las palmas que se escuchaban fuera de la habitación. La alce de su cintura y la deje suavemente en el suelo, abrí sus piernas y me hundí entre las fragancias que dejaba escapar el frenético baile que acababa de bailar... bebí de ella su sudor y el jugo que desprendía su cuerpo, salado y profundo, de un aroma penetrante. La blusa transparente fue sacada a girones, mientras sus se

Parrafos sueltos ...

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" Y se abrieron las mamparas esperando recibirme... ya venia desnudo, vestido para ti..y dejaste que tus dedos calentaran mi alma y tus labios mojaran mi piel... estabas prendida envuelta en las sábanas cuando tire de la tela que te dejaría desnuda ante mi... no espere, dejé que tus piernas se separaran para recibirme... el cogerte fue sólo un trámite... sólo quería dejar que mis labios tocaran tu sexo  y prender en mi boca los hilillos de deseo que escapaban de tu ser... embadurnado en aceites celestiales que suavizaban mi paladar... y ese río de néctares que bañaban mi boca... no quería respirar para no dejar escapar esos fluidos que me encantaban, no quería oír tus lamentos convertidos en gemidos... no quería dejar que tus muslos se escaparan del plato que me acababas de servir. Te oí susurrar mi nombre entre espasmos, mientras tu vientre palpitaba entre mis dedos... sólo necesitaba probar un poco de ti, y dejar que mi sexo se perdiera entre tus carnes hasta derramar el dese