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Elixir ...

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Somos muchos, los que concebimos una cita, siempre que  medie una botella de vino. El vino es el afrodisíaco perfecto, un testigo mudo, tan íntimo como es la relación entre el vino y el amor. Y es que el vino como el sexo, además de ser un placer en el paladar, ayuda a relajar nuestro sistema nervioso, desinhibe, calma la ansiedad y enciende la libido.  Tanto el vino como la mujer, tienen cuerpo largo y aterciopelado en lo abstracto de nuestra cabeza. En nariz el vino Añoranzas , como el sexo de una mujer, es delicado, es profundo, suave, duradero, interesante, complejo, elegante, sutil. En boca entra redondo, con volumen húmedo, con textura suave o fuerte. Dependiendo del tipo y cepa usando nuestros labios y lengua, la boca debe hacer un recorrido muy largo, lento, suave, respirando sus taninos.  Ella recuerda a la fruta dibujada roja y fresca y a los bálsamos que percibíamos en la nariz, como toques de monte de venus, del Sinaí. Su magnífica textura y acidez, hasta algo de amargura

Vestigios ...

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  Un aire de humedad lo cubrió todo, se abrieron las puertas de cristal que separaban el baño de la habitación. Entre vahos de vapor, un cuerpo moreno se dibujo entre vaporosas ilusiones, unos ojos oscuros  miraron el fuego de la chimenea. Sin pensarlo, dejó caer la toalla para quedar desnuda en la tibia habitación... Nunca vió mi silueta tendida en el sofá,... más su mente, me traía dibujado entre sus dedos, boceteado entre sus senos turgentes y brillosos que acompañaban la dura belleza de sus pezones. Alentados por su imaginación, fueron pintando mi rostro y cuerpo entre sus manos...  Tan desnuda como había salido del baño,  se tendió entre las suaves sabanas revueltas en su cama de altos respaldos de nogal.  Sus dedos fueron despertando el cuerpo mojado, su vientre a temblores, fue dibujando su piel en claros granos como la piel de un ave. Sus labios empezaron a copular despertando gemidos suaves y acompasados al ritmo de sus dedos... Estaba convertido en un muñeco de mármol ante ta

Luna sin Ramas

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¿ Qué debo hacer contigo? Qué puedo hacer sino adorarte cuando inundas tu valle desnuda, tus dedos bailan contigo abriendo alas de mariposa. Agitado brío de aguas empuñando y sujetando, moviendo deseos con soberbia, buscando silenciosa  muerte. Dime qué puedo hacer salvo extasiarme, viendo cómo tus labios se vencen a tus dedos como piden mi boca y mis besos maduros. Tu monte de Venus, tus ingles liberan el manto sagrado... emergen tal y como aparecieron mostrando el brío de carne que libo. Luna sin ramas carne dormida, flor sin equipaje, sol claro y desnudo. Y todo terminó siendo agua pasta de dioses, absenta y vicio. Hoy amaneciste con el sol quemando tu cabeza, y la mía. Rodrigo Fuster.  

Sin Espera.

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"Desnúdame con los labios. Como el primer beso. Salpicando de promesas un futuro sin esperas, demorándote en la fragancia de mis pechos. Libando mi aliento con tu lengua, profanando el vientre con la lujuria de tu boca." Sin espera... Hoy no espero nada mientras te pienso, eres... Seductora...aunque sólo es un café, una vez más, sabes a lo que vienes. Instigadora, porque al quedarnos solos, sabes lo que buscas. Incitadora, porque cuando me acerco, me excitas. Alborotadora, porque subes tu jersey, dejas tu brasier a la vista, el volumen que sostienen, es una locura. Excitante, porque al dejarme acariciar tus grandes senos, quiero ser tu dueño, eso te gusta y me gusta.. Insinuante, porque al soltarlos, tu piel es suave, el sudor y el tamaño de tus senos, brillante y jugoso. Atractiva, porque tus pezones se eréctan al roce de mis dedos. Provocadora, porque los acercas a mi boca para que los beba y goce de ellos. Sugerente, porque empujas y dejas que los hunda en mi boca succion

Mis noches con Cleopatra.

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No había tabús, todo lo vivíamos de forma abierta. Cleopatra en su esencia es una felatríz, la reina de Egipto. Una maestra de la felación. De hecho, por su arte en el sexo oral, le decían la  Merichane, (La boca de diez mil hombres) o Chelión, (La de los gruesos labios). La conocí en las afueras de palacio. Poseía una voluptuosidad infinita al hablar, tanta dulzura y armonía había en su voz, que su lengua era como una serpiente de varias cuerdas que manejaba fácilmente, y extraía, como bien le gustaba, los más delicados matices en el juego de la seducción. Una noche se reunió con cien oficiales romanos y le hizo una felación a cada uno de ellos, yo estaba entre ellos, hasta eyaculamos en una copa de oro, para que ella bebiera el  semen de cada uno de nosotros. Aunque no era una felatríz, todos coincidíamos en que era la reina de Egipto. Su aspecto la diferenciaba del resto, especialmente por sus labios pintados de rojo intenso. Así me convertí en uno de sus amantes, tenía la ventaja

Me pienso VIVO.

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No hay barreras en el Sexo, ni cortina, ni alambrada. Al Instinto dale riendas cuando pida, cuando quieras que en el sexo, si es sentido, todo cabe, todo vale, todo es lícito, compartido, consentido, no pensado, ni razonado, ni fingido, ni forzado... El Sudor de tu sudor, y el sudor del cuerpo mío y en mi boca y en tu boca, el sabor de lo prohibido. Esos besos que te pongo entre muslos y praderas, esas prendas que te quitas.  Poseer lo poseído. Una y otra, y otra vez.... Sobre la mesa, sobre la hierba, sobre enredadas sábanas blancas ;Y esa piel ,  de Bronce y  miel. Me pienso insensato, locamente lleno, excitado. Me pienso rebelde, revolucionario, idealista, menguante y creciente, lleno, nuevo. Me pienso mago, genuinamente mágico. Me pienso invencible, radicalmente ofensivo, agresivo. Me veo Dios, inmensamente creador. Me pienso sensual, sexual, auténticamente caliente, poderoso, totalmente extasiado de espermas vivos, sediento. Me pienso perverso, excesivamente seductor, provocador, 

La venus del Espejo.

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Amaba la pintura casi tanto, como amaba a las mujeres. No me gustaba la manera en que los visitantes masculinos la miraban boquiabiertos todo el día.  A escondidas la veo mirando al espejo bajo su cuerpo desnudo y su imagen sostenida por cupido. Una cinta malva cuelga en los brazos de cupido, uniendo como grilletes un amor conquistado por la belleza. No es espiritual su rostro, luce excitada. El ambiente es una excusa para una sexualidad estética, muy material, donde el sexo en si se transforma en un juego muy particular, su relación con ella misma. Ella es una apreciación de la belleza que conlleva atracción. Rubens la pintaría con exquisitas formas redondeadas, Velázquez, como una figura femenina más delgada. Ambos la pintarían acompañada de Cupido melancólico, la llamarían "La venus del espejo". La excitada imagen que devolvía el espejo, se uniría a una danza de sus dedos en la abertura más húmeda y escarlata que la haría sucumbir al juego. El espejo empañado por el calor

Mil ángeles sin alas. (versos a Ginebra)

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Me corroe la ansiedad de tenerte, y de retenerte mil veces gastada y de rodillas frente al mástil de plata. Mil veces probado y sentida, sin verme con tu capucha de seda. Mil marcas en el cuerpo de seda blanca diluida en agua tu piel. Mil garzas adornando tu vientre posada en el pezón endurecido. Mil gemidos de loba en celo. Mil embestidas de fuego. Mil rosas de rojos pétalos, Mil orgasmos en tu campana. El vientre una ola de espumas, La roca de rubíes blancos. El orgasmo sin aliento y tus labios cerrados. Mil ángeles en tu cabeza de inexistentes alas, Mil arcángeles en tu mirada y un papa redimido y muerto. Sólo tu y yo, sólo embistes profundos gemido de ahogo, infinito surrealista. Juan de Marco Surrealismo de Ginebra  ven aquí y escucha diferentes miradas.

Baile de máscaras.

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El Caballero Oscuro representa el lado más oculto de los deseos, la noche más oscura del alma,  la inclinación por aquellos aspectos más recónditos de vuestro ser, tan importante como aquel que mostramos a los demás. El Caballero Oscuro, habla del poder de ser tal cual somos, liberando lo que callamos.  Mi objeto es la Cruz... mi palabra; un Vampiro... mi color; el Negro. Al llegar al castillo, dos grandes portalones de corte barroco adornado de oros, se abrieron a mi paso, detrás de ellos un infinito abismo te dejaba caer en el más oscuro infierno, donde el deseo inconsciente, te habitaba, para mostrarnos todo aquello que había escondido detrás de ellas. Grandes candelabros iluminaban el oscuro, pero hermoso lugar. Allí estaban todas adornadas por las más exquisitas vestimentas, entre ellas se distinguían al paso la brillante silueta de la mujer de negro, Dafne de amoroso andar, Campirela, elegante en sus palabras,  Tracy , llena de bondad, Qamar con su oscura y sensual figura, la su