La Perla de oriente. ( Shang Yue...)

Y descolgó los tirantes del vestido para dejar caer la delicada prenda de seda resbalando por su cuerpo... parecieron siglos de caída. Sus senos acariciados por la seda, disparo los casquillos de su pecho, como dos botones de junco a la caricia del rocío, liberando una gota transparente. Duros como un diamante engarzado en la más exquisita piel, sinuosos como el mar en calma...eran hermosos...
La tela siguió su recorrido liberando su cintura , para detenerse en sus caderas...sus dedos bajaron resbalando por sus senos deslizándose a su vientre, entre la tela y su piel, para dar un segundo aire a la caída... sentí como la tela iba liberando cada rázgo ínfimo de piel, hasta quedar desnuda... con impresionante suavidad y delicado ademán, fueron liberando los vellos cuidadosamente depilados a su paso, como resortes encresparon su figura... el deseo no me dejaba pensar... a contraluz se dibujaron sus labios vaginales abiertos por la humedad, separando dos pilares de hermoso torneado...

la ceniza cae por los aires hasta alcanzar la alfombra persa que nos serviría de aposento.. -De rodillas- le ordené, sin dejar que la luz iluminara mi rostro... como geisha se dejó caer a la alfombra y abrió sus piernas para ofrecerse en sacrificio, mostrandome el licor del deseo que bebería para embriagarme.
Hang Yue, la niña de oriente, de ojos razgados y facciones infinitamente delicadas, sería mi regalo...

Dos dedos, que como torniquete, los giraron, liberando el deseo entre gemidos. Posé mis labios para recoger las gotas que habían liberado, mientras mi mano se deslizaba por su vientre alcanzando los enredados vellos que se enrollaban en mis dedos, y jugué indefinidamente...
Su sexo empezó a brillar y supe que era el momento...bajé para enfrentarlo dejando que mis dedos se hundieran en su piel... éxtasis... Ella gemía en silencio, suspiraba con aire entrecortado...y buscando entre sus labios vaginales dejé hundirse a dos de ellos. La piel era suave y frutosa en la entrada, luego rugosa en su interior, como una nuez... su vientre dibujo oleadas de placer visibles, y respirando con dificultad pedía prisa en el proceso, pero esto necesitaba tiempo para madurar, y mis dedos siguieron penetrando en pausa indefinida, hasta que un gemido escapó de sus labios, mientras sus caderas se quebraban. Engarcé los dedos en la nuez que había en su interior y una
combulción disparó toda su energía convertida en agua, los caudales fueron a golpear en las murallas mientras jadeaba enloquecida, yo soltaba para volver a entrar entre sus carnes y nuevamente disparar sus caderas hacia el cielo... muchas combulciones invadieron su cuerpo hasta caer rendida. En esos momento me recosté sobre su cuerpo, separé sus piernas, para deslizar mi sexo dentro de ella y mover mis caderas haciéndola delirar en gritos de agonía...

Era bella, era mía... yo era su emperador y ella estaba ahora para satisfacerme...."
Don Juan de Marco y la perla de Oriente...
Comentarios
Un besazo
Besoss dulces Don Juan
Gracias por ese pedazo comentario en mi blog....
Un besazo
porque mi placer, es el tuyo
porque tu placer, es el mío
leo lo que me dedicas con obediencia y deseo, para sentirme plena de tu carne