"... Dormía, y una de mis manos bajó a sus nalgas, su camisón de seda negra se había subido hasta sus caderas...No lo resistí... sentirlas desnudas...Dejé que mis manos la acariciaran suavemente con mis dedos, mientras la suavidad de su piel se estremecía. Su cuerpo se acomodó a la caricia, sabía que le agradaba... luego un dedo, dibujó la linea que las separaba y sólo se detuvieron en el cráter sudado, rugoso y fragante. Luego mis dedos alcanzaron mi nariz disfrutando el aroma que la noche había dejado en su cuerpo... -delicioso- repetía soñolienta... Abrió los ojos y me miró con ellos dormidos, el sol se reflejaba en sus pupilas, en cada mirada me poseía... Extrañaba sus dedos y su piel...pasaron días hasta que volví a verla... pero faltaba la luz...no me quise acercar, pues el tiempo había desaparecido entre sus dedos... Baje sus bragas lentamente, mientras dibujaba sus nalgas con besos... sorbía su sabor, mientras estas se cerraban y me enterré en ella, para sacar toda su ese...